Tratar ansiedad con EMDR y Neurofeedback nos ofrecería una oportunidad de obtener resultados satisfactorios en periodos de tiempos más cortos que con otros abordajes y con una efectividad a largo plazo.
Tanto el EMDR como el Neurofeedback son abordajes psicoterapéuticos que se implementan por separado, y de los que existe evidencia científica de su efectividad. Sin embargo, la combinación de ambos abordajes podría garantizar una mayor efectividad del tratamiento.
ANSIEDAD
Como bien hemos comentado en otras ocasiones, la ansiedad en sí misma tiene una función adaptativa en el organismo. No es algo “malo”, ha sido fundamental para nuestra supervivencia y consiste en una serie de sensaciones y tendencias de acción que nos dan información sobre hechos inquietantes que ocurren o están por ocurrir, y que nos llevan a hacer algo al respecto.
El problema radica en los niveles de ansiedad, en su cronicidad y en si es real o imaginaria la amenaza frente a la que nuestro organismo está reaccionando.
Cuando existe un desajuste entre la intensidad de lo que siento y los hechos de la realidad que me lo generan, es importante revertir esta situación que está sufriendo nuestro organismo.
ATAQUE DE PÁNICO
En el extremo opuesto de la ansiedad saludable, encontramos los ataques de pánico. Sus síntomas son:
- Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca.
- Sudoración.
- Temblores o sacudidas.
- Sensación de ahogo o falta de aliento.
- Sensación de atragantarse.
- Opresión o malestar torácico.
- Náuseas o molestias abdominales.
- Inestabilidad, mareo o desmayo.
- Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo).
- Miedo a perder el control o volverse loco.
- Miedo a morir.
- Parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo).
- Escalofríos o sofocaciones.
Frente a todos estos síntomas, lo más habitual, es que quien lo padece interprete que está sufriendo un ataque cardíaco o que va a morir.
TRATAMIENTO CON EMDR Y NEUROFEEDBACK
Hemos detallado en otras publicaciones en qué consiste cada uno de estos abordajes (para más información, click aquí: EMDR, NEUROFEEDBACK). Por ello, nos limitaremos, en esta ocasión, a referirnos a su aplicación en los trastornos de la ansiedad, y sobretodo el trastorno de ansiedad generalizada.
Es necesario que en el tratamiento de este tipo de trastornos, se apliquen técnicas especificas que garanticen la estabilidad del paciente, lo antes posible.
En el caso del abordaje con EMDR, existe un protocolo especial que consiste en trabajar con estimulación bilateral para desensibilizar y reprocesar crisis de ansiedad que se habrían sufrido, y que estarían generando el temor a tener más crisis (lo cual cronifica la ansiedad). Esto daría como resultado una disminución de la sintomatología, hasta la remisión completa de la misma.
Se trabaja con las causas que podrían haber generado la ansiedad, con las crisis de ansiedad vividas y con un entrenamiento para que la persona pueda afrontar nuevas situaciones en un futuro que podrían ser un disparador de dicha ansiedad.
En el caso del Neurofeedback, trabajamos estimulando una frecuencia de ondas cerebrales que se traduciría en un estado de menor ansiedad y menor estado de alerta.
El primer paso consistiría en un electroencefalograma que nos daría información respecto al funcionamiento eléctrico del cerebro del paciente. En los casos de ansiedad, observaríamos en general un predominio de ondas cerebrales en una frecuencia muy alta que sería la que deberíamos inhibir.
Una vez obtenida esta información se programaría el tratamiento (de 10 a 30 sesiones, por lo general) en donde entrenaríamos el cerebro para optimizar su funcionamiento, lo cual se traduce en una disminución de dicha ansiedad.
Si padeces una ansiedad limitante, consulta con nosotros aquí.
Por: Julia Achilli Psicología. EMDR. NEUROFEEDBACK