Cómo evitar el estrés laboral se ha convertido en una de las cuestiones más consultadas en los últimos tiempos. El estrés laboral es la tensión que se genera cuando una persona considera que una situación o exigencia laboral, está por encima de sus recursos para afrontarla.
Es poco habitual encontrar entornos laborales donde nadie padezca de esta afección, y es fundamental tanto aprender a gestionarlo una vez instalado, como saber prevenirlo, por el deterioro que este puede causar en la calidad de vida de quienes lo sufren. Diferentes características influyen en la aparición del mismo, pero independientemente de las causas que lo generaron, puedes implementar diferentes estrategias frente a él.
¿Por qué cada vez más personas padecen estrés laboral?
Son muchas las variables que influyen en este fenómeno pero profundizaremos en algunas de ellas por resultar especialmente significativas:
Condiciones externas que lo propicien:
Muchas veces la persona está expuesta a diversos estresores en el ámbito laboral durante cortos periodos de tiempo, o a un estresor durante largos periodos de tiempo.
Por ejemplo, que se te exijan más tareas o una mayor productividad de la acordada previamente. Que las tareas asignadas requieran para ser realizadas una mayor cantidad de horas de trabajo que las que tienes destinadas para acabar dicho encargo. O que de manera directa o indirecta exista la amenaza por parte de superiores de perder tu puesto de trabajo si no cumples con los objetivos fijados.
Características de personalidad:
Cómo gestionar lo que sentimos frente a lo que ocurre en el mundo exterior difiere en cada persona. Es por ello que ante una misma situación las personas reaccionan de maneras diferentes. Según la historia de cada uno y el significado particular que le da a lo que está experimentando, se sentirá más o menos desbordado, o encontrará más o menos vías para solucionarlo.
Problemas familiares: Estar atravesando dificultades familiares puede predisponernos a padecer estrés laboral.
Problemas económicos: Los problemas económicos, además de la preocupación y malestar que pueden generar, favorece la creencia de que pase lo que pase, te encuentras atrapado en esta situación laboral ya que necesitas conservarlo.
El creciente avance de los medios de comunicación:
La comunicación inmediata que empezó con los e-mails dentro de las empresas y acabó con grupos de whatsapps de trabajadores, dificulta establecer límites entre la vida laboral y la vida privada. Mientras estás intentando mantener una conversación con tu pareja, llega a tu móvil un bombardeo de preguntas de tu jefe por algún problema que acaba de surgir fuera de tu horario laboral. Esto hace que no puedas desconectar en ningún momento de lo laboral y que este tipo de problemas te persigan donde vayas.
Creciente competencia empresarial:
La gran competencia frente a la que se enfrentan hoy en día las organizaciones ha llevado, en muchos casos, a la precarización de las condiciones laborales. Mayor exigencia a los trabajadores, recortes de personal y material y una sobre exigencia a los trabajadores para garantizarse la supervivencia de la empresa, olvidando, muchas veces, el factor humano.
Factores organizacionales:
El organigrama de la institución, las jerarquías, el tipo de comunicación predominante o de líderes con los que cuenten va a predisponer en mayor o menor medida a que los trabajadores puedan afrontar las demandas de la empresa.
No es lo mismo que dos superiores no estén de acuerdo y den mensajes contradictorios o que haya coherencia, que las tareas se me asignen verbalmente en un pasillo que por escrito, o que el estilo para dirigir de mi jefe sea más o menos motivador.
Síntomas de la persona que padece estrés laboral
. Ansiedad y tensión
. Depresión
. Insomnio
. Resistencia a asistir al puesto de trabajo
. Sentimientos de incapacidad
. Apatía
. Inestabilidad emocional
. Desmotivación
. Gran sensación de insatisfacción en el puesto de trabajo
. Dolores de cabeza
. Contracturas
. Problemas digestivos
Consecuencias del estrés laboral para la empresa
Que los trabajadores padezcan estrés laboral, no solo afecta al trabajador sino a la empresa misma. Cuando esto ocurre se observa:
. Mayor rotación de personal
. Bajo rendimiento
. Menor producción
. Ausentismo
. Aumento de accidentes laborales
Cómo evitar el estrés laboral
. Que la comunicación dentro del lugar de trabajo sea formal y dentro de los horarios laborables previamente acordados.
. Frente a cualquier dificultad en relación a la tarea que realizas o al equipo, solicitar formalmente una reunión donde puedan proponerse soluciones a dichos problemas. No expresarlo o hablarlo con miembros de la empresa que no pueden dar solución al problema, esto puede agravar la situación.
. Separar tu vida personal de tu vida laboral. Es importante que fuera de tu horario laboral, desconectes del trabajo. Intenta no revisar mensajes o whatsapp fuera de tu jornada.
. Llevar una buena organización. Ordenar las tareas por orden de prioridad y no hacer simultáneamente varias de ellas. Centrarse en una actividad a la vez. Lleva una agenda de las mismas.
. Si tu puesto implica estar en una misma posición durante mucho tiempo, tomar un instante para cambiar la posición y hacer rápidos y suaves estiramientos de las zonas que notes en tensión para evitar contracturas que luego te generarán mayor malestar, y que por un instantes vuelvas a centrarte en tu cuerpo.
. Fuera de tu vida laborar, la práctica de deporte o la incorporación de ejercicios de relajación promueven la desconexión de los problemas laborales y la disminución del estrés.
. Recuerda que tu vida laboral forma solo una parte de tu existencia, pon energía y atención a cuidar de las otras áreas de ella también.
Si sientes que no puedes gestionar tu estrés laboral aún aplicando estás técnicas, no dudes en contactar con nosotros. Podemos orientarte y proporcionarte las herramientas que necesitas para hacerlo. En caso de haber sufrido estrés laboral de manera crónica durante mucho tiempo, el EMDR es un abordaje eficaz para tratar las consecuencias que este haya podido dejar en tu vida.
Por: Julia Achilli. Psicóloga en Barcelona. Terapeuta EMDR